jueves, 11 de noviembre de 2010



Un impulso inimaginable.

Un deseo incontrolable.

Lo miraba a los ojos mientras él hablaba, pero no escuchaba lo que decía, su voz era un débil susurro debilitado por los gritos en su cabeza.

[Sólo quizá, si yo misma compruebo mi duda, sólo así, se irá para siempre];

Si te callo, con un beso, Si te beso.

Dejó correr su imaginación, buscando una manera de lograr su objetivo.

Algo tan sencillo, tan simple, y a la vez que aumentaba sus latídos con sólo pensarlo.

un beso, que podría matar, pero también dar vida-

Sí te beso y no me besas, te importo lo bastante como para No arriesgarte a perderme.

Pero si te beso, y me besas, estás tan loco y confundido como una loca conocida que podría perder sus días tan solo junto a ti, con tu mano entrelazada a la suya, con tu cabeza en su regazo, mientras te mira y se pregunta si tus labios ocultan tanto que decir, como lo hacen los míos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario