domingo, 21 de noviembre de 2010

Todo lo que encuentro, se me pierde.

Lo que sujeta mi mano hoy , la suelta mañana.


Se consume lentamente, desgarrandome a cada segundo.
El fuego quema de lo poco que queda. Mil lágrimas no pueden describir el llanto de mi corazón. Porque cada paso que doy, es un error. Cada día un desperdicio. Tantas ganas de parar el tiempo, tan solo para que no duela más y aún más cada minuto. De atrasarlo, para alejarme de esta tortura. De hacerlo desaparecer. Sí, desaparecer.

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